Editorial

Informe de Estabilidad Financiera

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Aunque el crecimiento es la palanca fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas, no se puede desconocer que la estabilidad financiera es clave para que la economía pueda desarrollarse normalmente, con las menores fricciones posibles que entorpezcan el desarrollo de las actividades de personas y empresas. Esto justifica que el Banco Central, además de elaborar trimestralmente el Informe de Política Monetaria, publique en forma semestral un Informe de Estabilidad Financiera (IEF).

En la edición del IEF del segundo semestre de 2024, el instituto emisor ratifica que el escenario externo continúa siendo la principal fuente de riesgos para la estabilidad financiera local, con dos aristas principales: una mayor incertidumbre por las tensiones geopolíticas que se han acentuado a nivel global, y los potenciales efectos de las nuevas políticas económicas y comerciales que ha anunciado el Presidente electo de EEUU.

El escenario externo continúa siendo la principal fuente de riesgos para la estabilidad financiera local.

En un contexto en que la Fed ha iniciado un proceso de normalización en su política monetaria, el mayor déficit fiscal que se proyecta bajo la administración Trump conspira contra ese objetivo, especialmente en lo referido a las tasas de interés de largo plazo, que serían presionadas al alza en caso de que continúe aumentando el endeudamiento fiscal en EEUU.

La contrapartida sería un fortalecimiento del dólar al aumentar el flujo de capitales hacia el país del norte, lo cual afectaría en forma negativa a una economía como la chilena, particularmente en lo referido a la depreciación de la moneda local, dificultándose así el esfuerzo del Banco Central para llevar la inflación al nivel meta de 3%. Esta situación obligaría al instituto emisor a actuar con mayor prudencia en velocidad y profundidad del proceso de ajuste.

En el plano interno, el IEF indica que aunque los indicadores de riesgo no han experimentado cambios significativos, los índices financieros de las compañías más grandes continúan recuperándose, lo que no ocurre con las empresas de menor tamaño y los sectores inmobiliario, construcción y comercio, donde los créditos impagos continúan altos. En la medida que las tasas de interés para operaciones de largo plazo sigan elevadas, los flujos de financiamiento para proyectos de inversión continuarán estancados y la recuperación económica será más lenta. El informe hace bien en poner énfasis en la importancia de aumentar el grado de profundidad del mercado de capitales para resistir mejor los shocks externos. Para ello es fundamental que el Gobierno vele porque el endeudamiento público no sobrepase límites prudenciales, además de reorientar la reforma de pensiones, priorizando la capitalización de los recursos aportados.

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